Qué injusto que te alcance el sueño cuando ya esperas la hora de trabajar
Qué injusto que te abrace el recuerdo de las horas felices
Qué injustos los pensamientos que impiden que te levantes de la cama
Qué injusto es el frío conmigo, habiendo tanta gente padeciendo los calores
Qué injusta es la música que ya no sana la herida
Qué injustas son las miradas para los solitarios
Qué injusto que el café impregnado en mis labios no venga de los tuyos
Qué injusto que el amor sea una injusticia olvidada