No es fácil comenzar mi día, algunos lo dan por hecho cuando taza de café en mano; sin embargo, para poder comenzar mi día como ustedes, -antes del café-, tuve que enfrentar una breve batalla con la alarma y por supuesto, ganarle; ya con los ojos abiertos y consciente de mi despertar, vuelvo a revisar el teléfono y sólo da cuenta de que el mundo va igual así me hubiese despertado antes o después, o incluso si no lo hubiera hecho.
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