jueves, 25 de abril de 2013

Gua-da-la-ja-ra

Cuando adolescente, de Guadalajara apenas sabía que es la capital de Jalisco.  De entrada, es una palabra de cinco sílabas, que antes de descuartizarla, significa "Río que corre entre piedras" su nombre proviene del árabe Wad-al-Hidjara. Es la Perla Tapatía, la Ciudad de las Rosas

Visité un puño de veces el laaargo centro histórico; la primera vez, viaje de vacaciones con la familia, la segunda, sólo de pegoste con mi papá a "asuntos varios", la tercera vez -supongo-  fue a la Escuela Normal Superior de Jalisco en calidad de aspirante, semanas después, -y por cuarta ocasión- a presentar el examen de admisión; la quinta vez fue la decisiva, volví para quedarme...
 
La ciudad crece a sol y sombra, a más sol donde se expande la ciudad, hacia los lados, al horizonte, y a sombra, entre amplias calles, custodiadas a cada paso por geometrías verticales, pues ya no tiene para dónde hacerse.

Se llenan los ojos de gente, las suelas de los  zapatos pesan de historia, todos se rien de cosas que nadie sabe, los árboles tuercen sus ramas invitando a contemplar bajo la espesa sombra lo que se ha andado sin ver, sin detenerse a ello nomás porque sí. Se oye el vuelo de las palomas, suena la trompeta y toca el mariachi, se oye un viejo, una párvula risa, una tos necia, y suspiros...
De Guadalajara ahora sé que es la antesala del amor, Vicente Fernández dice "y volver, volver, a tus brazos otra vez" yo digo "y volver, volver a guanatos otra vez" que al fin son sinónimos, significan lo mismo, porque convergen en el escenario de las pasiones.
Corre Guadalajara como si le quisiera agregar más letras "Guadalajajajara" porque es alegría, recuerdo, es la vida misma, nos consume la vida y ello le da más vida aún, y es que si no nos la quitara ¿qué vida tendría?,  ¿a quién vería pasar la altanera y pálida?.
Volver a Guadalajara es como llegar por vez  primera una y otra vez, la miras como si no, como si no hubiese sido suficiente dejar vida allá y ay vas a querer dejar más porque simplemente no bastó, porque uno tiene que regresar a dejar algo de la vida que se llevó de la otredad, porque nunca es demasiado, porque lo que pesaba en la suela ahora pesa en el corazón.

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